Soy camba porque me da la gana
Por: Rolando Schrupp Rivero
Cuando intenté definir que soy yo y porque lo soy, tuve que hacer una larga jornada a través del tiempo, el espacio y mi propia esencia. Pero fue así que descubrí que soy camba porque me da la gana. Un camba que proclama su identidad y su nacionalidad ante el mundo.
Cuando uno se encuentra con un mundo globalizado, es natural que comience a mirarse a si mismo para saber quien es uno, y es recién ante este espejo que se auto-descubre como una identidad.
Mi identidad me costo años de intriga de saber quien era yo en este concierto de nacionalidades, bombardeado de foráneos que intentan todo el tiempo mostrarme quienes son ellos, y fue gracias a esto que pude descubrir quien era yo.
Fue a través de esto que descubrí que yo no era ni gringo, ni español, ni chino, ni colla, ni croata, ni hindú…yo había sido CAMBA.
Descubrí que la única raza que existe es la raza humana, ya que todos somos igual de humanos que el otro, y querer diferenciarme de otra persona basado en como nos vemos tendría que hacerme calificar a mis vecinos y ponderar las diferencias, pasando obligatoriamente por cuales y tales características eran mejores o peores, y eso no lo podía aceptar. Sentí que todos los humanos somos humanos y punto, y no se podían auto discriminar por algunos elementos como el color, la forma de caminar, la cantidad de pelo u otras insensateces.
También descubrí que las culturas son dinámicas y están vivas. No me pude encerrar en la foto instantánea para entrar en el catalogo cultural. Todo intercambio entre culturas genera mas de las mismas culturas, ya que las influencias son para siempre y solo consiguen reinventar los dinámicos paradigmas de las culturas que se encuentran. Es así que entendí que los cambas hablamos nuestra lengua, una mezcla de muchas influencias, entre ellas la hispana y la nativa camba, que dio por resultado la lengua nativa camba, reinventada nuevamente, una lengua viva y constante adaptación a su función de comunicación efectiva entre los cambas.
Descubrí que no es cuestión de voluntad divina que uno se identifique con sus semejantes, por ello mi identidad no puede ser resultado de azares del destino de haber nacido en donde nací, en el momento histórico que nací. Porque la terminología del lugar no puede darme la identidad, ya que de haber nacido en otras épocas aquí mismo, hubiese sido llamado Chané, o Guaraní, o Cruceño. Por ello, solo importa como yo defina mi identidad.
Aprendí que los consensos de mis semejantes me ofrecen algunas definiciones políticas de mi persona, como el monopolio del Comité Pro Santa Cruz y de la Institucionalidad Cruceña de definir que es y quien es Cruceño, al establecer que Cruceño es quien vive y trabaja por Santa Cruz, pero Santa Cruz resulto ser solo un espacio político dentro de muchas rayas imaginarias establecidas como fronteras por algunos tipos sobre un mapa de mi territorio.
Conocí personajes que nacieron en Santa Cruz, viven en Santa Cruz, tienen tiendas y cadenas de supermercados en Santa Cruz, pero no son cambas; como también conocí personajes que nacieron en Potosí, que la tierra y el monte los llamó aquí, y se auto definieron como cambas, y son tan cambas como yo. Porque ser camba es como estar enamorado, nadie te puede decir que amas alguien, tenés que sentirlo. Porque yo seria camba auque nazca o viva en la misma Luna, porque eso me prohibiría ser cruceño, pero yo seria camba, porque así me sentiría y me definiría.
También aprendí que existen muchas personas que intentan coartarme el derecho de autodefinirme, y esto despertó una cualidad impresionante de mi identidad, la rebeldía. Yo no pienso ni que otros me definan ni que amenacen mi identidad, así que rechace todo lo que me etiquete o me amenace.
Por esto aprendí que yo soy lo que soy, y cuando me ví reflejado en el espejo exterior de los que llegaron, me descubrí como CAMBA, y solo yo puedo etiquetarme como tal, ese es mi derecho de auto identidad. Ahí comprendí que soy CAMBA PORQUE ME DA LA GANA, y no necesito ni pedir permiso de serlo, ni justificarlo por derecho divino, por apellido, ni por como me veo, ya que el camba nace donde le da la gana y se ve como le da la gana. Para ello tengo que rechazar todo lo que amenace mi identidad y aceptar y amar todo lo que este en armonía con ella. Porque el Camba ama al camba, y se autodefine en el principio del amor. Y estoy feliz de ser camba, y encontré muchos mas que tienen la misma fe que yo, fe que nosotros somos cambas y cambas somos los que nosotros digamos, los que aceptan su identidad y pueden gritar donde sea SOY CAMBA PORQUE ME DA LA GANA y poder dar las razones de fe que fuesen necesarias para hacer esta proclamación. Y es recién a partir de esta madurez de pensamiento que puedo sentirme parte de algo mas grande que yo, recién cuando acepte ser camba por voluntad propia y por amor es que puedo decir que soy parte viva de mi Nación Camba!!!