Comparto con ustedes este artículo escrito por Dominicus.
Los peligros del referéndum
Todo Estado democrático genera mecanismos de participación ciudadana para canalizar las inquietudes de su sociedad, escuchar e interpretar reclamos y opiniones. El referéndum es uno de ellos, pero no hay que excederse ni llegar a extremos de ‘referenditis’, a una ‘hiperinflación’ de estas consultas, como ya viene sucediendo en Bolivia.
Acá la cantaleta de moda es “dejen que el pueblo decida”. Esto suena muy bien pero tiene sus bemoles, como veremos enseguida. Evo Morales ha planteado inclusive un referéndum en toda la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para dirimir las diferencias surgidas por la negociación con la Unión Europea. Insólito extremo.
En países de alta cultura democrática, los referéndums son vistos con enorme desconfianza. Cuando sí se los usa, es para fines determinados y de alto interés nacional. ¿Por qué la desconfianza? Por la sencilla razón de que los referéndums han sido siempre el instrumento predilecto de los regímenes totalitarios para legitimar sus arbitrarias acciones.
Un analista político (Juan Carlos Rey) establece una clara relación con el totalitarismo. Ofrece resultados de referéndums organizados por Napoleón en el siglo XIX y por Hitler en el XX. Napoleón: 1) elección de cónsul: 99,95% a favor; 2) cónsul vitalicio: 99,77% a favor; 3) emperador: 99,93% a favor. Hitler: 1) retiro de Alemania de la Sociedad de Naciones: 96,3% de electores y aprobado por 95,1%; 2) fusión del cargo de Presidente y Canciller en la persona de Hitler: participó el 94,7% de electores y lo aprobó 88,2%; 3) anexión de Austria a Alemania; participó el 99,7% de la población y fue aprobada por el 99%. Siguiendo los ejemplos, el dictador Saddam Hussein se cansó de ganar referéndums en Irak y lo propio el sátrapa ‘constitucional’ paraguayo, Gral. Alfredo Stroessner. Hay muchos otros casos.
En conclusión: con un pueblo hipnotizado por un caudillo (caso Napoleón en Francia, Hitler en Alemania y Evo hoy en Bolivia) o amedrentado por un dictador (casos Saddam y Stroessner) lo del referéndum hay que tomarlo con pinzas: se puede llegar a cualquier extremo mediante la tiranía de la mayoría. No en vano a los europeos no les gusta el sistema.